En un solar de características urbanísticas peculiares, junto a una de las vías de acceso al centro de la ciudad, de forma rectangular, con fuerte pendiente y unas privilegiadas vistas del Acueducto es donde se sitúa el nuevo Centro de Salud. Se planteó un edificio de perfil bajo y extenso, resuelto mediante un muro de piedra perforado a la vía principal que lo protege del tráfico y de las vistas; tras él y a través de un patio «inglés» se desarrolla el edificio.

La propuesta arquitectónica queda explicitada en un volumen claramente definido de proporciones alargadas con dos plantas sobre rasante y un sótano. Resuelto con triple crujía, en la intermedia se alojan las circulaciones y zonas de espera, articuladas mediante pozos de luz y abriéndose al paisaje; las dos extremas contienen el programa funcional.

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