2015
Se plantea una arquitectura sobria y compacta, que se integre en su entorno dialogando con las tres piezas preexistentes, Un paralelepípedo perfecto que se hunde en la ladera, dejándose ver solamente en sus flancos y en su lado norte y dando continuidad, en la cubierta, a la capa vegetal de la propia ladera. Un elemento cúbico emerge de esta cubierta vegetal señalándonos que algo hay debajo.
El aparcamiento se plantea a través de tres plataformas independientes y especializadas, dispuestas en abanico ascendente, que se desarrollan al Este de la edificación adaptándose a la topografía hasta llegar a la cota, en la que se asienta el CRV, dónde se produce el ingreso al edificio.
En el interior una retícula, a modo de las utilizadas en las excavaciones arqueológicas, va dando pie a una estructura espacial basada en muros de carga que definen y acotan las distintas salas que configuran el edificio, la inserción de un único patio a modo de aula exterior, facilita luz natural a todas las zonas de relación a la vez que ayuda en la articulación de espacios y circulaciones.
Las distintas salas se especializan y se agrupan, generando una banda de espacios didácticos, una banda de circulaciones y relaciones espaciales y una banda de espacios expositivos. Cabe destacar el espacio de la Cueva Román, diseñada de forma que pueda reproducirse parcialmente.
Créditos:
Promotor: | Diputación de Burgos. |
Arquitecto: | Antonio Paniagua. |
Colaboradores: | Teresa Cendón, Henar González. |
Arqto. Técnico: | Alfonso Burgueño. |
Instalaciones: | Arancha Paniagua, Fernando Sanz. |
Superficie: | 1.475,00 – 3.340,00m2 |
Infografías: | AP. Estudio de Arquitectura. |